Este viene a ser un primer borrador del texto que vino a constituirse en introductorio al libro “Imperdonables: Crímenes ocultos de la democracia” en el que Ramiro reúne documentos muy poco conocidos sobre asesinatos y torturas a ciudadanos sindicados de “alzamiento armado”. Infelizmente el libro de 337 páginas, no lleva con precisión el lugar y la fecha de edición, pero puede deducirse que fue en Santa Cruz en el primer semestre de 2016.
La desmemoria de la democracia
¡YO ACUSO…!
La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio
Ciceron
Un viejo tirano, que lo tenía todo, quiso un día recibir el premio universal de la democracia absoluta. Tenía el poder necesario para conseguirlo.
Sus embajadores desplegaron la más grande y eficaz campaña en todo el mundo. Reunidos para transmitir los resultados de esta insólita misión, coincidieron en que, había un obstáculo, uno solo, que podría impedir sus propósitos: el espectáculo grotesco de la decapitación pública de sus de sus opositores.
Pero si hemos impuesto la democracia más perfecta: yo sólo hago lo que me autoriza mi amado pueblo y le libero de sus enemigos, los disociadores, los agitadores sociales…
Es que se ha difundido estas fotografías que muestran las montañas de cabezas degolladas, con ojos desorbitados, con expresiones de terror, de angustia y desesperación. Y eso es incompatible con la democracia.
¿Sólo eso? Inquirió. Entonces está hecho: inviten a todos los embajadores a la plaza de las ejecuciones. Cortaremos de raíz eso que ofende la púdica mirada de la gente. Promulgaré uun decreto ley que cambiará la historia.
En efecto, al día siguiente, frente a un enorme gentío, se instaló un palco para los embajadores, en la misma plaza de las ejecuciones. Cuando el hacha del verdugo ya estaba alzada, llegaba apresurado un ujier del tirano y , engolando la voz gritaba: ¡Alto, el señor le ha conmutado la pena! E inmediatamente caía el hacha sobre el infortunado.
Como verán sus excelencias, dijo el tirano, todos los rostros de las cabezas caídastienen expresiones de alegría, incontenible y explosiva. Esa es la democracia por excelencia: hasta los muertos son felices bajo mi gobierno.
Ese cuento muestra dramáticamente la hipocresía de la democracia, caundo no se ha cambiado esencialmente la valoración de los seres humanos, de su vida, de su bienestar que se sigue midiendo, con la vara del poder.
Algunas informaciones que se han hecho públicas, revelan la cara más grotesca de la democracia, en la que se practica o practicó lo mismo que en tiempos de las dictaduras más crueles. Claro que convenientemente maquilladas.
Los operadores, con excepción de algunos que ahora gozan de su jugosa pensión de jubilados, viven tranquilos, acariciando a su perro en el jardín de su casa, visitados por sus nietos, a los que besan en la frente, con una actitude batífica que infunde paz y tranquilidad.
Dos están cumpliendo condenas, tras un prolongado juicio.
Una catarsis social. Todo ha quedado en la bruma de la desmemoria.
Se ha publicado escalofriantes informes de Derechos Humanos, de la Asociación de familiares de las víctimas de las dictaduras. En fin.
Son heridas del pasado dictatorial. La democracia ha desterrado, para siempre, las prácticas salvajes de la represión, de las prisiones, de las torturas, de las ejecuciones secretas… ¿y sus operadores? Son fantasmas olvidados.
Algunos todavía siguen desarrollando sus funciones en las instituciones del Estado. Son expertos insustituibles.
Pero lo que más rebela el espíritu es saber que algunos que se desgarran las vestiduras, como demócratas y hacen escándalo público por cualquier exceso o desliz represivo, algunos epígonos de los derechos humanos, con pretensiones de dictar normas de ética y de conducta política, hayan sido operadores encubiertos, de la represión en tiempos de la democracia.
No nos inspira espíritu alguno de venganza, pero hay que recordar a nuestros hijos, a nuestros nietos, que la reconquista de la democracia no sólo costó mucha sangre y sacrificio.
Sino que esa misma democracia encubrió y podría seguir haciéndolo, a los criminales.
Tampoco hemos callado por temor, aunque hemos sido amenazados constantemente por quienes pueden y han intentado aplicarnos su ley del silencio mortal.
Sólo recordar que un informe “top secret” de inteligencia nos mencionaba como uno de los enemigos más peligrosos de las instituciones del “orden” al que había que cobrarle cuentas por sus denuncias, entre otras:
- “Narco avión” que no fueron publicadas ya que el informe por mayoría , que encubría a los responsables no se ajustaba a lo que la Comisión verificó y el informe por minoría tampoco, porque podría afectar otros intereses y el nuestro, que aportaba las pruebas contra la CIA, que no era de mayoría ni de minoría, tenía un solo destino: su desaparición en el olvido.
- Actividades del “Escuadrón de la muerte”, denunciadas en el Parlamento, con pruebas irrefutables, de asesinatos en prisión y desaparecidos misteriosos, de la propia policía.
- “Volteos” de narcotráfico, en los que la información conseguida servía para “negociar” tolerancia con los delincuentes y cuya documentación fidedigna fue entregada en mano propia al Ministro de Gobierno y ante su silencio cómkplice, fe presentada oficialmente ante la Cámara, que la archivó convenientemente.
- Oscuras trampas para inducir errores de revolucionarios que pagaron los mismos, con su vida y la de los suyos ( aunque faltan algunos pequeños elementos para probar la participación de entonces Ministros y altas autridades).
- Conspiración de agencias de inteligencia (no sólo la CIA) en los Golpes de Estado de Natush y García Meza, junto a presuntos dirigentes de “izquierda”.
- Corrupción en conceciones mineras (sobre todo auríferas) , así como comercialización de minerales y metales de COMIBOL. Con pruebas entregadas a lasautoridades competentes.
- Otras cuya revelación todavía no es oportuna porque dañaría a personas inocentes.
Ocurre que, se han cumplido 20 años de la publicación del Informe de la Comisión de Derechos Humanos, bajo el título : DENUNCIA DE TORTURAS A CIUDADANOS SINDICADOS DE ALZAMIENTO ARMADO, aprobado , por única vez en la historia, por unanimidad en la Comisión, cuyo Dictamen acusarotio (Como cabeza del Ministerio Público), sigue esperando a los jueces que cumplan con su función jurisdiccional de tramitar el juicio y condenar a los culpables.
Se trata de crímenes cometidos “en Democracia”. He ahí si peculiaridad.
La impunidad de la desmemoria amenaza con hacer del silencio la negación de la verdad.
Para completar esta publicación, hemos realizado una investigación en el Archivo de la Asamblea Legislativa Plurinacional, donde la documentación pertinente está registrada, pero los documentos no se encuentran en las gavetas respectivas y no existe tampoco constancia de que se hallen en circulación .
Lo que más me afectó es que, aproximadamente 4 metros cúbicos de documentos que se encontraban en mi oficina de Diputado, como efectos personales y que fueron depositados en el Archivo, tampoco están a la vista.
La investigación de Turturas , que se realizaó, bajo mi responsabilidad y cuyo informe redactado por mi persona, llevaba adjuntos, anexos y pruebas circunstanciales, documentales y otras, en aoproximadamente seis mil folios.
No pudie tener acceso, no obstante el cordial apoyo del Director del Archiovo y la amabilidad y diligencia del personal, a esa documentación y por eso es que el plan original de confeccionar un libro con todo el material de ese importante trabajo parlamentario, por el momento no saldrá a luz.
Pero creo que es oportuno publicar tal informe, para estimular la memoria histórica y la búsqueda de la verdad.
No es sólo un interés testimonial. Se trata de delitos de lesa humanidad, por lo tanto imprescriptibles y, por otra parte, acaba de conocerse una sentencia del Tribunal Interamericano de Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) , condenando al Gobierno peruano de entonces, por el aesinato de tres presos del MRTA, que se suma a las sentencias contra los gobiernos de Argentina y Chile , de entonces.
Puede servir para reiniciar el juicio penal.
Ascensión de Guarayos, diciembre del 2015
RAMIRO BARRENECHEA ZAMBRANA